Estrategias educativas para la formación de valores

Estrategias educativas para la formación de valor

viernes, 13 de marzo de 2015

La enseñanza de valores a partir de consignas





La formación de valores está dirigida al fortalecimiento de la convivencia humana en la sociedad y sus variadas problemáticas, por lo que exige la promoción de valores sociales y la integración de los ciudadanos. De allí que la escuela tiene una responsabilidad en la orientación del educando para que su desenvolvimiento se canalice por las pautas que hace sostenible sus acciones.
Además la misma dinámica social conlleva a la interrelación donde el niño debe internalizar la vinculación del entorno social tanto en sus actividades como en sus acciones y que para comprenderla se requiere conocer tanto las conductas como los factores sociales que lo complementan.
Los valores en los niños constituye un hecho educativo y social importante que hoy preocupa a padres y educadores por ser el nuevo ciudadano, todo aquello que favorece la vida futura del ser humano reafirma su personalidad, su cualidad y sus valores, su carencia se transforma en barreras destruye las relaciones interpersonales, el convivir en armonía, la solidaridad, apoyo, violación de patrones de conducta social e introduce el desorden el cual genera caos social.
Esta actitud conlleva a fomentar la relación en valores sociales que pueden cambiar la conducta del alumno, del entorno familiar, a facilitar criterios y lineamientos en el entorno cultural y social. En consecuencia, la educación emprende bases, referidas a las competencias del niño en aprender a convivir para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas debe desarrollar el interés por el otro y reconocer la importancia de la solidaridad y cooperación mutua, el respeto, manteniendo relaciones interpersonales abiertas y positivas, promoviendo en el niño la formación de valores hacia sí mismo, el trabajo, el ambiente, su cultura, su comunidad, su sociedad, su país y el sistema democrático.
Bajo esta perspectiva, la escasa participación de los estudiantes en forma activa, solidaria con la institución, trae como consecuencia la obstaculización de relaciones interpersonales, despreocupación al proceso educativo reflejado en el niño, conductas intolerantes, aislamiento del niño.
Estos problemas inciden en la calidad educativa que conlleva a la desvalorización del entrono social, deterioro de relaciones, conductas deficientes, desvinculación. Todos estos elementos deben ser transformados a través de la integración de los actores educativos que generan cambios socializadores y globalizadores, garantizando conductas asertivas y participación.