La
formación de valores está dirigida al fortalecimiento de la convivencia humana
en la sociedad y sus variadas problemáticas, por lo que exige la promoción de
valores sociales y la integración de los ciudadanos. De allí que la escuela
tiene una responsabilidad en la orientación del educando para que su
desenvolvimiento se canalice por las pautas que hace sostenible sus acciones.
Además la
misma dinámica social conlleva a la interrelación donde el niño debe
internalizar la vinculación del entorno social tanto en sus actividades como en
sus acciones y que para comprenderla se requiere conocer tanto las conductas
como los factores sociales que lo complementan.
Los
valores en los niños constituye un hecho educativo y social importante que hoy
preocupa a padres y educadores por ser el nuevo ciudadano, todo aquello que
favorece la vida futura del ser humano reafirma su personalidad, su cualidad y
sus valores, su carencia se transforma en barreras destruye las relaciones interpersonales,
el convivir en armonía, la solidaridad, apoyo, violación de patrones de
conducta social e introduce el desorden el cual genera caos social.
Esta
actitud conlleva a fomentar la relación en valores sociales que pueden cambiar
la conducta del alumno, del entorno familiar, a facilitar criterios y
lineamientos en el entorno cultural y social. En consecuencia, la educación
emprende bases, referidas a las competencias del niño en aprender a convivir
para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas debe
desarrollar el interés por el otro y reconocer la importancia de la solidaridad
y cooperación mutua, el respeto, manteniendo relaciones interpersonales
abiertas y positivas, promoviendo en el niño la formación de valores hacia sí
mismo, el trabajo, el ambiente, su cultura, su comunidad, su sociedad, su país
y el sistema democrático.
Bajo esta
perspectiva, la escasa participación de los estudiantes en forma activa,
solidaria con la institución, trae como consecuencia la obstaculización de
relaciones interpersonales, despreocupación al proceso educativo reflejado en
el niño, conductas intolerantes, aislamiento del niño.
Estos
problemas inciden en la calidad educativa que conlleva a la desvalorización del
entrono social, deterioro de relaciones, conductas deficientes, desvinculación.
Todos estos elementos deben ser transformados a través de la integración de los
actores educativos que generan cambios socializadores y globalizadores,
garantizando conductas asertivas y participación.
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